En un giro inesperado tras el primer debate presidencial rumbo a las elecciones en México, Xóchitl Gálvez, la candidata de la coalición PAN-PRI-PRD, enfrentó una oleada de críticas por sostener la bandera de México al revés, un incidente que marcó uno de los momentos más comentados de la noche. Sin embargo, la candidata ha ofrecido una explicación que apunta a problemas técnicos, específicamente con su reloj, como la causa del desafortunado error.
Durante el encuentro con Claudia Sheinbaum y Jorge Álvarez Máynez, Gálvez experimentó lo que ella describe como una confusión debida a instrucciones poco claras sobre el manejo del tiempo durante el debate, situación que se complicó aún más por un fallo en su reloj. Se freezeaba, afirmó Gálvez, explicando cómo este contratiempo tecnológico la desorientó al punto de afectar su manejo de la bandera nacional.
La explicación de Gálvez contradice una versión anterior que ella misma había compartido en redes sociales, en la que sugirió que su acto con la bandera constituía una forma de protesta contra la violencia que azota a México. Esta nueva declaración surgió tras su reunión con la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), donde detalló las dificultades enfrentadas durante el debate, incluido el manejo del tiempo y la decisión de cómo y cuándo presentar sus argumentos.
Tenías que responder la pregunta y si querías poner tú tus ideas ya se te había ido el tiempo y luego mi reloj se 'freezeo' desde el minuto uno", lamentó Gálvez, describiendo el caos tecnológico que vivió en el escenario. Según ella, este contratiempo fue tan persistente que le impidió devolver la bandera a su posición vertical correcta en el tiempo disponible, lo que la llevó a sostenerla incorrectamente ante las cámaras y la audiencia nacional.
El incidente de la bandera y las explicaciones subsiguientes han añadido un elemento de controversia y debate a la ya de por sí acalorada carrera presidencial. La admisión de Gálvez revela no solo las presiones y los imprevistos que pueden ocurrir en eventos de alta tensión como los debates presidenciales, sino también cómo estos momentos pueden impactar en la percepción pública de los candidatos.
Con el proceso electoral en marcha, los candidatos buscan navegar en un entorno político cada vez más complejo y lleno de desafíos, donde cada acción y cada palabra se escudriñan en busca de significados más profundos. Mientras tanto, los votantes continúan evaluando las propuestas, las personalidades y, ahora, la capacidad de los candidatos para manejar imprevistos bajo presión.