Una ola de violencia sacudió la plazuela de la Sección Quinta de Zacatelco, en Tlaxcala, después de que un taxista anciano fuera asaltado y asesinado por cuatro individuos. La población, indignada por el crimen, emprendió una persecución contra los presuntos responsables, resultando en la retención y golpiza de dos policías y dos de los sospechosos.
Según informes preliminares recogidos por El Sol de Tlaxcala, el brutal asalto ocurrió cuando cuatro sujetos atacaron al taxista, quien opuso resistencia y fue privado de la vida. Los testigos del crimen persiguieron a los perpetradores desde la calle Veracruz hasta alcanzar a dos de ellos, a quienes golpearon violentamente.
A pesar de la intervención de la Policía Estatal, la población retuvo a dos de los presuntos ladrones, incluyendo a Bernabé "N", miembro del equipo jurídico de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), y al director de la Policía de Investigación de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), de apellido Portillo.
Los esfuerzos por liberar a los retenidos se vieron obstaculizados por la ira de la multitud, que creció rápidamente gracias a las convocatorias a través de campanas de iglesia. En medio del caos, los residentes expresaron su frustración por la falta de seguridad y responsabilizaron al alcalde de Zacatelco, Hildeberto Pérez Álvarez.
Aunque las autoridades prometieron castigar a los responsables y garantizar mayor seguridad, la ciudadanía se mantuvo firme en su exigencia de justicia y seguridad. El enfrentamiento se prolongó durante horas, resultando en la trágica muerte de Bernabé N. y dejando al director de la Policía de Investigación en estado grave en el Hospital General Lic. Anselmo Cervantes Hernández.
A pesar del esfuerzo de las fuerzas del orden por restablecer el orden, el conflicto subraya los desafíos persistentes en materia de seguridad y la profunda indignación de la comunidad ante la impunidad y la violencia desenfrenada.