Fraude en la pesca en México: cuando el pescado que compras no es lo que parece

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En México, la venta de pescado bajo nombres falsos es un problema extendido que afecta a los consumidores y la biodiversidad marina. Una investigación de la organización Oceana reveló que una de cada tres especies analizadas en el noroeste del país fue vendida bajo un nombre diferente al original desde que fue capturada hasta que llegó al plato del consumidor.

El estudio, que analizó muestras de ADN en restaurantes y pescaderías en Sonora y Sinaloa, encontró que más del 10% de las muestras provenían de especies amenazadas o en peligro de extinción. Por ejemplo, el pez conejo fue vendido como róbalo, y varias especies de tiburones vulnerables fueron comercializadas como cazón, lo que representa un fraude para los consumidores y una amenaza para la biodiversidad marina.

La pesca ilegal también es un problema grave en México, con estimaciones que sugieren que representa más del 40% del total de la actividad pesquera. Sin embargo, las acciones para combatir la pesca ilegal son insuficientes, con menos del 1% del problema siendo abordado por las autoridades.

Un informe reciente sobre pesca ilegal en México reveló que las retenciones de productos por pesca ilegal disminuyeron hasta en un 75% durante este sexenio, al igual que las detenciones de personas involucradas en esta actividad, que cayeron hasta en un 95%. Esta falta de vigilancia estatal no solo afecta la seguridad marítima, sino también la salud de los océanos mexicanos, que están sobreexplotados en un 70%.

Para abordar estas preocupaciones, se ha propuesto una normativa de trazabilidad que permita rastrear el pescado desde su captura hasta su consumo final. Esta ley, que lleva años estancada en la burocracia, garantizaría una pesca sostenible y una veda rigurosa para la sobreexplotación de recursos.

A pesar de que México es uno de los principales países pesqueros del mundo y exporta grandes cantidades de pescado y mariscos, el consumo interno es relativamente bajo. Según investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el consumo per cápita de productos del mar en México no supera los 12 kilogramos, muy por debajo de la media mundial de 20.2 kilogramos per cápita en 2020.

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