El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha reiterado su promesa de implementar deportaciones masivas, un tema que generó gran debate durante su campaña. Aunque la magnitud exacta de estas acciones sigue siendo incierta, las propuestas de Trump muestran similitudes con las estrategias de administraciones previas, especialmente la del expresidente Barack Obama, quien fue apodado por algunos como el "deportador en jefe".
A continuación, te presentamos un resumen de los puntos clave sobre este controvertido plan.
Deportaciones masivas: entre promesas y desafíos
Durante su primer mandato, Trump deportó a más de 1,5 millones de personas, según el Migration Policy Institute. Sin embargo, estas cifras son significativamente menores a las más de 2,9 millones de deportaciones realizadas por la administración Obama en su primer término.
El desafío para Trump radica en el enfoque prometido: centrarse no solo en inmigrantes con antecedentes penales, sino también en otros grupos indocumentados, lo que podría significar un cambio drástico en la aplicación de las políticas migratorias.
Es algo muy difícil de hacer, reconoció Trump en una entrevista reciente, refiriéndose a las complejidades legales y operativas que enfrenta su administración.
¿Qué incluye el plan de Trump?
Entre las principales propuestas del plan migratorio de Trump destacan:
- Prioridad a la seguridad pública y nacional: Según Tom Homan, exfuncionario del ICE y encargado de supervisar el plan, las primeras acciones se centrarán en la deportación de inmigrantes que representen amenazas a la seguridad. Sin embargo, aquellos que sean detenidos en redadas también podrían ser expulsados.
- Detención familiar: Trump busca restablecer esta práctica, suspendida durante el gobierno de Joe Biden, pero previamente ampliada bajo la administración Obama.
- Uso de bases militares: Se plantea la posibilidad de usar instalaciones militares para detener temporalmente a inmigrantes, algo que también se hizo durante los mandatos de Obama y Biden en respuesta a crisis migratorias.
- Expansión de la capacidad de detención: Actualmente, el ICE cuenta con fondos para unas 40,000 camas de detención, pero se están evaluando opciones para aumentar esta capacidad en grandes áreas metropolitanas.
Similitudes con administraciones anteriores
A pesar de la retórica de Trump sobre endurecer las políticas migratorias, muchos de los enfoques propuestos no son nuevos. Según Jason Houser, exjefe de personal del ICE durante la administración Biden, la diferencia clave entre Trump y sus predecesores será la escala y el volumen de las deportaciones.
El exfuncionario del ICE, John Sandweg, también señaló que las tácticas de Trump reflejan políticas adoptadas durante la administración Obama, aunque en una versión más estricta.
El reto de deportar a quienes ya están en el país
Una de las mayores dificultades del plan de Trump es abordar a los inmigrantes indocumentados que ya residen en Estados Unidos. Según estimaciones del ICE, hay alrededor de 1,4 millones de personas con órdenes de expulsión definitivas, pero muchas no pueden ser deportadas debido a limitaciones legales o la negativa de sus países de origen a aceptarlas.
Detener a alguien no es lo mismo que deportarlo, explicó un exfuncionario de Seguridad Nacional, subrayando las barreras legales que ralentizan el proceso de deportación.
El impacto en las comunidades migrantes
Los defensores de los derechos de los inmigrantes advierten que la retórica de deportaciones masivas podría generar temor e incertidumbre en las comunidades migrantes. Además, organizaciones humanitarias critican la posible restauración de la detención familiar y el uso de instalaciones militares para albergar a migrantes.
¿Qué sigue?
El equipo de Trump continúa evaluando cómo implementar su estrategia migratoria, que podría incluir la declaración de una emergencia nacional para acceder a recursos adicionales del Pentágono. Además, Trump ha mencionado su intención de utilizar al Ejército para fortalecer las deportaciones, maximizando las capacidades dentro de los límites legales.
Mientras tanto, el debate sobre estas políticas sigue generando divisiones entre quienes apoyan un enfoque más estricto y aquellos que abogan por soluciones humanitarias y reformas integrales.